Thursday, September 4, 2008

XIX

Pero ahora sólo tengo la mente en blanco y ese vacío me come el alma libre que entiende el peso de tal inmensidad inmensa. Estas cosas me desintegran. Todos doblan y me dio mucho miedo, frío y sobre todo dolor de cabeza giratoria de Manuel y todos los seres que estaban esa nohe que tanto de refugio sirve, ante ojos que buscan luna de cocaína. Hice lo que pude. Pero seguía ahí la muy turra! hija de puta! Mal cogida y sobre todo asesina para nada compasiva, una persona con la sangre de hielo como los corazones de los que friamente temen por sus frutos sexuales. En otro lado una coneja come papas fritas. Igual, nada de eso podía ser verdad. Casi como por el gato que vivía en las profundidades de asgard y su saliva era ácida como la corazonada que por vinagre elije la indiferencia y total que me importan, eh? qué me importan los demás? No importaban, te juro. Ya nada importaba sin él. Ella también dejó de amarlo. Por una cuestión de tacto y nada más, porque el ser humano siempre quiere más, como un perro insaciable grillo que no se callaba nunca. Hace bocha de calor, pasión, isla y caribe: todo conjugado en un verbo: "ser" y creer son dos conceptos que nos permiten formar un concepto de la realidad que no existe salvo en casa uno de nosotros ya no sabemos qué pensar al respecto. Eso NO FUE una patada en el sobaco izquierdo. Dolor y olor alternados. "Esto es la vida", pensó.

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