Monday, September 22, 2008

XXVI

La sangre de los mutantes es verde o naranja, depende de quién maneje la situación, el resultado puede variar las zapatillas pensando que así caminás distinto pero en realidad es sólo cuestión de pisar en el pozo adrede. Es tan obvio que me da asco de mí misma y de decirlo, gritá, no lo guardes, el mundo necesita oirlo, esa es tu verdadera pereza de los remansos. ¡Quiero lluvia! ¡Quiero movimiento! perpendicular y ascendente sobre penumbras formadas por su aliento de mañana, furiosa se lavaba los dientes esperando así sacar su olor de su cuerpo sutil. Entre ambos hicieron un pacto. Enroscarse. Jugan ni desde ese lugar, donde jugó a tomar el mundo para transformarlo y volver a crear todo: a mí, a vos, a la lámpara que cuelga sobre la mesa, la salsa y los fideos y la merluza sin espinas o lamentos de cosas pequeñas pero que terminan lastimando profundamente confundida. Quero ser lo que amo y soy lo que odio, o no soy más que un triste intento de mejorar. Me encantan tus palabras dan tanto pie corridas y cortinas sabores y zapatos perdidos en armarios repletos de cosas que jamás vas a usar

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