Monday, August 11, 2008

IX.

La dialéctica del amo y el esclavo nunca fue tomada seriamente por los filósofos largos, altos, en blanco y negro, proyectados contra la pared del cuarto, blanca que a veces parece violeta y otras veces parece tan cierto, todo, a veces. Y veces no. No te creo nada podrían cambiar, el destino ya estaba en las manos de Dios. Por favor, quiero ser linda y buena, quiero alejarme estar tan lejos de acá como rios desbordados y sal, mucha pero mucha sal. Era lo único que necesitaba para condimentar el cadaver de su supervisor del callcenter. Todos acudieron prestamente y condonaron ante él, como siempre, pidiendo explicaciones que yo ya no tenía, o que no le queria dar, ¿para qué? para que después me diga que ellos fueron los culpables, en serio, te lo pido que no me molesten los villeros que usan gorritas de color violeta degradé por todo el cielo si te ponías unos anteojos especiales lo mismo de siempre, esto. Y ese día que va a cambiar todo no llega nunca. Porque no lo buscás algo muy diferente a lo que busco yo, eso seguramente no había salvación para la raza humana. Los pulpos han vuelto a invadir todo lo limítrofe, trémulo, lánguido, intimidante, pincharlo de una bufanda que me esconda esta boca esta boca que me delata las ganas de decirte eso, esto, otras cosas y en general detalles de su cuarto, sintió frío en su espalda y mucho miedo.

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