Monday, August 11, 2008

XV.

Dame todo lo que quiero, sino todo mal. Damelo antes que lo arruines. Pensá un poco antes de decirme o escupirme o vomitarme, o cagarme, o cortarme, o coger con cualquiera. De cualquier manera, ultrajar mi cuerpo si mi alma ya murió. Así y todo nunca nos llegamos a despedir. Los Zombies bien, gracias. Dormiditos como dos tortolitos abajo de un sauce y se re aman y se miran y se reconocen en el otro pedazo de cielo, diferente, más azul quizás o más obvio imposible. Pobre. Nunca se puede tomar lo bueno. Siempre hay un forro en las vías deteniendo el tren. Caminé despacito sin pisar las rayas de las baldosas hasta la puerta que daba al balcón florido y visitado por todos. Mariela era una pendeja muy irreverente y me daba asco. Pobre imbécil, tan imbécil que me asusta pensar que alguna vez te quise. Así, tan así como deseo que te mueras. Morite, en serio, dale no me hagas perder más el tiempo, te lo pido por favor. Todavía una canción de amor. Felizmente se me borró el disco que le regalé y colgó en la pared, como si fuese a quedar ahí para siempre igual. Ya me tenía más que cansada. Me tenía relamente agotada, harta. Suplicaba a ellos por PAZ. Quiero paz de una vez. creo que este es el fin. Con la excepción de una última cosa: cerrarte es abrir lo que no conozco.

No comments: